lunes, 20 de junio de 2011

2) P: Preguntas:

2) P: Preguntas:

En esta fase nos planteamos una serie de preguntas fundamentales acerca del texto que consideramos o creemos necesario saber responder después de la lectura. Podemos transformar en preguntas los encabezamientos y los títulos.

Desde que se lee el título del capítulo o tema, o incluso en la etapa de exploración, se puede hacer una detención de un minuto para preguntarse: ‘¿Cuál será precisamente el contenido del tema que lleva este título?’, y conforme se vaya desarrollando la prelectura, formular algunas preguntas que puedan ser contestadas mediante una cuidadosa lectura del material.

El poder de las preguntas estriba en que proporcionan objetivos inmediatos que hay que investigar, y no precisamente una idea general de lo que se va a percibir al leer toda la obra. Las preguntas pueden indicar lo que se debe buscar en cada tema, subtema o párrafo. También facilitan concentrar la atención en lo que se lee, ya que indican lo que hay que precisar a lo largo del estudio.

Esta formulación de preguntas, además de despertar la curiosidad, estimula al lector a compenetrarse debidamente del texto. Son de mayor valor las preguntas formuladas por nosotros mismos, mucho más que las preguntas elaboradas por otra persona.

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