lunes, 20 de junio de 2011

3) L: Lectura

3) L: Lectura:
Conocida ya la extensión del texto y su grado de dificultad, se podrá decidir la manera de leer el material, si en forma rápida o más bien lenta, de acuerdo con la finalidad y la situación. Lo indispensable es no sacrificar la comprensión a fin de obtener el máximo provecho.
Esta es la fase propia de la lectura, que debe ser con el ritmo propio de acuerdo a la finalidad, haciendo una lectura general y buscando el significado de lo que se lee. En una sesión de estudio aquí introduciríamos el subrayado, las notas al margen, etc.

Esta es también la fase de la comprensión propiamente dicha. Todo lo realizado previamente ha tenido como objeto dotarse de los medios e informaciones necesarios para facilitar la tarea. Se ha explorado el terreno en su totalidad y ya se sabe dónde van a encontrarse las dificultades. Ahora es el momento de enfrentarse abiertamente a ellas. La lectura debe ser concienzuda, pero sin perder de vista que el objetivo en esta fase es entender, por lo que no será necesario prestar demasiada atención a lo que esté perfectamente claro. Es conveniente tratar de adivinar el pensamiento del autor, es decir, lo que pretende explicar, su sistema de enseñanza, lo que considera más importante, etc. A tal fin, hay que fijarse bien en todo aquello que subraya, enfatiza o repite. Debe prestarse atención especial a los comienzos de los capítulos y apartados, en los que suelen plantearse las
ideas clave. Y también a los finales, donde es frecuente que figuren resúmenes y conclusiones.

La segunda lectura es una buena ocasión para poner en práctica todas las estrategias apuntadas (hacerse preguntas, explicar las cosas con expresiones propias, investigar todos los detalles, no dar nada por seguro hasta verlo con claridad, etc.). Para la señalización de los conceptos fundamentales, debe hacerse uso de las medidas apropiadas, como subrayados, encuadres, notas marginales, etc., pero sin abusar de ellos para que no pierdan efectividad. También es conveniente la lectura en voz alta, ya que facilita la asimilación.

En la segunda lectura se irán aclarando sobre la marcha algunas cuestiones dudosas. Otras, en cambio, requerirán volver sobre ellas para una consideración más profunda. A veces, leyendo más adelante, se aclara algo que antes no se entendía. Finalmente, quedarán algunos puntos sin aclarar, no siendo aconsejable porfiar demasiado en ellos en esta fase, aunque sí dejarlos perfectamente localizados.
EL SUBRAYADO
El objetivo del subrayado es destacar las ideas esenciales de un texto. Posteriormente, al leer únicamente lo subrayado se puede recordar el contenido de dicho texto.
Las principales teorías psicológicas de la percepción humana fundamentan esta técnica, ya que está demostrado que la memoria se fija y recuerda más y mejor aquellas cosas que se resaltan.
¿Por qué es indispensable subrayar un libro para leerlo?
• En primer lugar, porque así nos mantenemos despiertos, totalmente despiertos y no sólo conscientes.
• En segundo lugar, leer, si lo hacemos activamente equivale a pensar, y el pensamiento tiende a expresarse en palabras, escritas o habladas.
• En tercer lugar, el subrayado evita tener que leer de nuevo todo el texto.

Un buen subrayado nos coloca el texto en telegrama, ahorrándonos tiempo y esfuerzo para la captación de su esencia significativa.

1. ¿Cuándo subrayar?
Inmediatamente después de captar el texto. Si no, no sabrás qué remarcar.
2. ¿Qué subrayar?
Los puntos más importantes, los argumentos de mayor fuerza. Las ideas centrales, las Palabras-Clave. (Mucho más en lo humanístico que en lo técnico).
3. ¿Cómo subrayar?
Con remarcador:
• líneas ondulantes debajo, para lo esencial;
• líneas llenas, para lo secundario pero significativo.
Si quieres subrayar un documento que tengas en la computadora, en lugar de usar líneas ondulantes para resaltar lo esencial, puedes apelar (ya que los procesadores de texto no tienen la opción de líneas ondulantes) a la opción doble línea.
• Puedes numerar en orden los subrayados, para guiarte en el Resumen o en la confección del Mapa Mental.
• Marcar las definiciones con flechas.
• Si el libro no es nuestro, no podemos subrayar. Por eso, si tienes los medios, es conveniente comprarlo.

Lo que no debe hacerse:
Terminar subrayando media página o la mayor parte de la página.
Tampoco subrayar en la primera lectura, sin haber leído el índice, el prólogo, la bibliografía y la introducción.

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